Alejandro Ratia
Pintura y Cerámica
VALL PALOU – PINTURA Y CERÁMICA
Para definir el trabajo de Vall Palou, nada mejor que atender a las palabras de un crítico tan prestigioso como Daniel Giralt-Miracle cuando nos habla de la vocación abstracta de esta pintora:
Si la figuración constriñe y cierra nos dice-, la abstracción expande y abre los niveles de compresión. Y es que a Vall Palou, más que el finito, le interesa lo infinito, aquello que va más allá de los límites, ya sean físicos o mentales.
Añadiendo que hay dos factores que constatan esta voluntad amplificadora, uno es la medida de las obras: grandes superficies que, por sobrepasar los formatos convencionales, la obligan a manipularlas horizontalmente. El otro factor es la forma de trabajar la tela, ya que prescinde de sus límites y en una concepción all-over field define los campos pictóricos de acuerdo con sus propios estados físicos y psíquicos, sin seguir ningún estilismo o código formal determinado. De manera que en estas obras descubrimos una voluntad decidida de huir de los convencionalismos para dar salida a una libertad expresiva de amplio registro, que tanto puede manifestar el placer como la angustia.
Todo ello se verá desplegado por las paredes de la Torre Blanca de Albarracín. El concepto de paisaje interior, que ha protagonizado muchas de las exposiciones aquí celebradas, cobra todo su sentido. La libertad de la pintura queda sólo limitada por la sumisión de la artista a los estados del alma y a los dictados de la sensibilidad.
En el Museo de Albarracín, se nos descubre, además, el extraordinario trabajo de Vall Palou como ceramista. Allí sus piezas de rakú negro, intensas y vividas, se relacionan con otras de sus pinturas, hallando el visitante un sugestivo juego de rimas y contradicciones. Las formas son simples y complejas a un tiempo, tienen el no se sabe qué de los seres vivos, ese valor añadido del aliento y de la carne. Algunas veces creeremos encontrarnos con entes vegetales, florescencias carnosas, que buscan liberarse de sus limitaciones y disfrutar de una vida plena. Todo es móvil, nada está cerrado. Y como algunas de estas obras, todo lleva escrito en la piel algún secreto.
Vallpalou (Vall Palou) vive y trabaja en Lleida. Ha expuesto en su ciudad y diversas ciudades españolas, francesas y alemanas.
Alejandro Ratia
Crítico de arte y comisario de la exposición
Para definir el trabajo de Vall Palou, nada mejor que atender a las palabras de un crítico tan prestigioso como Daniel Giralt-Miracle cuando nos habla de la vocación abstracta de esta pintora:
Si la figuración constriñe y cierra nos dice-, la abstracción expande y abre los niveles de compresión. Y es que a Vall Palou, más que el finito, le interesa lo infinito, aquello que va más allá de los límites, ya sean físicos o mentales.
Añadiendo que hay dos factores que constatan esta voluntad amplificadora, uno es la medida de las obras: grandes superficies que, por sobrepasar los formatos convencionales, la obligan a manipularlas horizontalmente. El otro factor es la forma de trabajar la tela, ya que prescinde de sus límites y en una concepción all-over field define los campos pictóricos de acuerdo con sus propios estados físicos y psíquicos, sin seguir ningún estilismo o código formal determinado. De manera que en estas obras descubrimos una voluntad decidida de huir de los convencionalismos para dar salida a una libertad expresiva de amplio registro, que tanto puede manifestar el placer como la angustia.
Todo ello se verá desplegado por las paredes de la Torre Blanca de Albarracín. El concepto de paisaje interior, que ha protagonizado muchas de las exposiciones aquí celebradas, cobra todo su sentido. La libertad de la pintura queda sólo limitada por la sumisión de la artista a los estados del alma y a los dictados de la sensibilidad.
En el Museo de Albarracín, se nos descubre, además, el extraordinario trabajo de Vall Palou como ceramista. Allí sus piezas de rakú negro, intensas y vividas, se relacionan con otras de sus pinturas, hallando el visitante un sugestivo juego de rimas y contradicciones. Las formas son simples y complejas a un tiempo, tienen el no se sabe qué de los seres vivos, ese valor añadido del aliento y de la carne. Algunas veces creeremos encontrarnos con entes vegetales, florescencias carnosas, que buscan liberarse de sus limitaciones y disfrutar de una vida plena. Todo es móvil, nada está cerrado. Y como algunas de estas obras, todo lleva escrito en la piel algún secreto.
Vallpalou (Vall Palou) vive y trabaja en Lleida. Ha expuesto en su ciudad y diversas ciudades españolas, francesas y alemanas.
Alejandro Ratia
Crítico de arte y comisario de la exposición