Josep M. Cadena
La armónica expresión de los sentimientos
Observo la obra de Vall Palou y la primera sensación que tengo, es que la artista dispone de una firme voluntad. Sabe que la vida, es en muchos de sus aspectos un gran zarzal que cierra el paso a la libre expresión de los ideales, pero no tiene ningún miedo de adentrarse en ella. Lleva la sensibilidad a flor de piel y los arañazos tienen que ser muchos y muy profundos, pero todo sufrimiento lo da por bueno en su afán por llegar a la luz, que ya se deja entrever en fondo de sus cuadros.
Pintar de verdad poniendo todas las potencias en cada obra como hace Vall Palou, es una buena manera, para que la artista se encuentre a ella misma, mientras establece las bases, de un rico diálogo, con la sociedad que le rodea. Y a pesar de que las sensaciones y los razonamientos que de ellas nacen, se producen en solitario, el resultado final lleva a que exista una comunicación cada vez más intensa. En este sentido la pintora va explicando con verdadera pasión las dificultades que encuentra, mientras avanza por un mundo que es como tejidos superpuestos que es preciso diseccionar, con gran precisión, para que nunca se escape la vida que quiere expresar con su arte.
Los abismos de la mar son tan peligrosos como las cimas de la tierra. El submarinismo y la espeleología tienen muchos puntos en común y por este motivo la pintora se arriesga, valiente y con el mismo sentido de la aventura, por unas profundidades que parecen hijas de la materia y que en realidad son frutos de un espíritu inquieto que busca su total realización. En definitiva es lo que todos los humanos de una forma u otra queremos hacer y por esta razón nos encontramos muy representados en la pintura de Vall Palou
La abstracción en este caso, pone en pié, un conjunto de sentimientos plenamente humanos. Las dificultades, con las que luchan son expresadas con gran sentido de armonía plástica y la voluntad de que lleguen a su plenitud hace que las obras tengan la firme textura de las frutas en sazón.
Josep M. Cadena
Crítico de arte y Responsable de Cultura del Periódico de Catalunya
El Periódico de Catalunya
Pintar de verdad poniendo todas las potencias en cada obra como hace Vall Palou, es una buena manera, para que la artista se encuentre a ella misma, mientras establece las bases, de un rico diálogo, con la sociedad que le rodea. Y a pesar de que las sensaciones y los razonamientos que de ellas nacen, se producen en solitario, el resultado final lleva a que exista una comunicación cada vez más intensa. En este sentido la pintora va explicando con verdadera pasión las dificultades que encuentra, mientras avanza por un mundo que es como tejidos superpuestos que es preciso diseccionar, con gran precisión, para que nunca se escape la vida que quiere expresar con su arte.
Los abismos de la mar son tan peligrosos como las cimas de la tierra. El submarinismo y la espeleología tienen muchos puntos en común y por este motivo la pintora se arriesga, valiente y con el mismo sentido de la aventura, por unas profundidades que parecen hijas de la materia y que en realidad son frutos de un espíritu inquieto que busca su total realización. En definitiva es lo que todos los humanos de una forma u otra queremos hacer y por esta razón nos encontramos muy representados en la pintura de Vall Palou
La abstracción en este caso, pone en pié, un conjunto de sentimientos plenamente humanos. Las dificultades, con las que luchan son expresadas con gran sentido de armonía plástica y la voluntad de que lleguen a su plenitud hace que las obras tengan la firme textura de las frutas en sazón.
Josep M. Cadena
Crítico de arte y Responsable de Cultura del Periódico de Catalunya
El Periódico de Catalunya