Ximo Company
Latidos
VALLPALOU
FACERE, INGENERARE
FACERE, INGENERARE
En estos momentos, en la Cataluña occidental, Vallpalou es la artista más prominente. La que más trabaja en el silencio creativo de su obrador. La más fecunda con creces. La que más cosa -que no cosas- tiene que decir en términos de lenguaje expresivo, pictórico y plástico. La que más depura y alambica lo que hace. La que mejor ha destilado una poética seria, convincente, propia, compacta .La que mejor nada a contracorriente. La que con más personalidad sabe permanecer al margen de todo y por encima de todo. Sin duda, también, la que más lejos se encuentra de la plaza de Sant Jaume de Barcelona. La más solitaria. Quizás la más desconocida. Pero también la más sobria, la más libre y auténtica del país.
Insisto, Vallpalou es hoy, con creces, la artista más prominente de la Cataluña occidental.
Artista de cuajo, y hecha toda ella con imprevisibles dosis de manus et ingenium, Vallpalou opera con una libertad creativa extraordinaria, difícil de calificar y parangonar; inimaginable. Signo, gesto, ductus, materia densa y a la vez líquida, transparente, amasada, manipulada, dripping, soporte, pinceles y utensilios de todo tipo se entrelazan y se conjuntan en la infatigable -e insubornable- mente progenitora de esta artista catalana, que casi siempre culmina sus obras con unas explosiones cromáticas que metamorfosean y descarnan la materia hasta alcanzar epidermis plásticas insospechadas.
Vallpalou opera siempre con unos cromatismos inauditos, del todo sorprendentes, infrecuentes, personalísimos; cada obra suya, hecha y rehecha, reencarnada, acaba siendo, por fuerza, un unicum.
Vallpalou es poco lineal, nada convencional. Difícil de dilucidar. Afortunadamente.
Vallpalou, además, se rebela, día a día, minuto a minuto, contra lo sabido. Y entra, de lleno, día a día, minuto a minuto, en lo arcano. Necesita explorar lo desconocido. Necesita hacer y deshacer lo hecho para volver al facere, para volver a ingenerare. Esta es la grandeza de Vallpalou: hacer y deshacer para volver a hacer y proporcionar carne nueva a su propia obra, a todo lo que esta artista, sin parangón, día a día, produce y encarna.
A menudo, esto, Vallpalou lo consigue con un pequeño toque cromático o con pequeñas líneas gestuales …, pero también -y este es otro gran rasgo diferencial de su desbordante creatividad-, Vallpalou esto lo puede lograr construyendo los silencios matéricos y conceptuales más extraordinarios -y adultos- que actualmente se están produciendo en el escenario creativo de toda Cataluña.
Silencios que crean estupefacción, silencios que estremecen, silencios matéricos y conceptuales, silencios de una elocuencia estética mágica, antes nunca sentida. Algo que hoy, en mi país, sólo está al alcance de las manos -y de la capacidad de pensar– de unos pocos artistas privilegiados; Vallpalou es uno de estos artistas privilegiados; casi deífica.
Os lo puedo asegurar: tardaremos en encontrar, en mi país, artistas como Vallpalou.
En fin, lo he dicho y lo subrayo aquí otra vez: en estos momentos, Vallpalou es la artista más prominente de la Cataluña occidental.
Ximo Company
Catedrático de Historia del Arte Moderno
Director del Centre d’Art d’Època Moderna CAEM
Junio de 2016
Insisto, Vallpalou es hoy, con creces, la artista más prominente de la Cataluña occidental.
Artista de cuajo, y hecha toda ella con imprevisibles dosis de manus et ingenium, Vallpalou opera con una libertad creativa extraordinaria, difícil de calificar y parangonar; inimaginable. Signo, gesto, ductus, materia densa y a la vez líquida, transparente, amasada, manipulada, dripping, soporte, pinceles y utensilios de todo tipo se entrelazan y se conjuntan en la infatigable -e insubornable- mente progenitora de esta artista catalana, que casi siempre culmina sus obras con unas explosiones cromáticas que metamorfosean y descarnan la materia hasta alcanzar epidermis plásticas insospechadas.
Vallpalou opera siempre con unos cromatismos inauditos, del todo sorprendentes, infrecuentes, personalísimos; cada obra suya, hecha y rehecha, reencarnada, acaba siendo, por fuerza, un unicum.
Vallpalou es poco lineal, nada convencional. Difícil de dilucidar. Afortunadamente.
Vallpalou, además, se rebela, día a día, minuto a minuto, contra lo sabido. Y entra, de lleno, día a día, minuto a minuto, en lo arcano. Necesita explorar lo desconocido. Necesita hacer y deshacer lo hecho para volver al facere, para volver a ingenerare. Esta es la grandeza de Vallpalou: hacer y deshacer para volver a hacer y proporcionar carne nueva a su propia obra, a todo lo que esta artista, sin parangón, día a día, produce y encarna.
A menudo, esto, Vallpalou lo consigue con un pequeño toque cromático o con pequeñas líneas gestuales …, pero también -y este es otro gran rasgo diferencial de su desbordante creatividad-, Vallpalou esto lo puede lograr construyendo los silencios matéricos y conceptuales más extraordinarios -y adultos- que actualmente se están produciendo en el escenario creativo de toda Cataluña.
Silencios que crean estupefacción, silencios que estremecen, silencios matéricos y conceptuales, silencios de una elocuencia estética mágica, antes nunca sentida. Algo que hoy, en mi país, sólo está al alcance de las manos -y de la capacidad de pensar– de unos pocos artistas privilegiados; Vallpalou es uno de estos artistas privilegiados; casi deífica.
Os lo puedo asegurar: tardaremos en encontrar, en mi país, artistas como Vallpalou.
En fin, lo he dicho y lo subrayo aquí otra vez: en estos momentos, Vallpalou es la artista más prominente de la Cataluña occidental.
Ximo Company
Catedrático de Historia del Arte Moderno
Director del Centre d’Art d’Època Moderna CAEM
Junio de 2016