Albert Mercadé
Naturalezas
De Vall Palou se ha destacado su capacidad de experimentación investigativa con el arte abstracto: se ha definido con los términos espeleología creativa o aventura investigativa. Nos adherimos a esta percepción que se refiere a una actitud pictórica de búsqueda hacia un rico paisaje interior en que Vall Palou no cesa de encontrar nuevos senderos. Es en esta misma línea espeleológica de investigación plástica que la pintora vuelve en esta nueva exposición, ahora con nuevas obras sobre papel y fotográficas.
Paisajes interiores. Vall Palou nos había hablado en tiempos pasados de sus paisajes interiores, protagonizadas por manchas azarosas en primer plano que definían su personalidad más impersonal, sobre espacios infinitos, diáfanos y sin horizontes. En esta ocasión el paisaje como elemento natural aparece de una manera mucho más implícita. No queremos decir que Vall Palou haya entrado en un periodo de imitación de la naturaleza. La representación paisajística no supone siempre un puerta hacia el mundo natural sino también como han demostrado los surrealistas en el siglo XX, o los místicos iraníes durante la edad media- una profunda implicación con su mundo interior, con el ojo interior como hablaría Max Ernst.
La pintora para la ocasión no solo incorpora paisajes acuosos o nubes laminadas, ricos en el contraste entre los colores que plasman sus celajes y sus franjas marítimas, sino que en fotografía sus manchas (que son sus visiones, sus pensamientos), digitalizando sus propios trazos. Puede ser que donde mejor se advierte un paso adelante en sus meditaciones sobre la mancha es con la serie de grabados que nos presenta. En este caso parece como si la pintora hubiese invertido sus constantes compositivas: el fondo sube a la superficie i coge la mancha, la cual, lejos de espaciarse como una mancha de aceite, se paraliza y se entreteje.
La exposición en la Galería Fidel Balaguer la primera de la pintora leridana en el espacio de Consell de Cent refleja de una parte un nuevo camino emprendido por Vall Palou para buscar los límites de su arte a través de nuevas técnicas, y por otra, la voluntad de explorar los límites sobre su leit motive, la mancha, meditativa y abstracta, en esta ocasión a través de su relación con un nuevo soporte, el de la fotografía, y con la descomposición desdibujada del fondo pictórico. Un desdoblamiento de los propios límites que implica una nueva mirada meditativa hacia nuevos horizontes.
Albert Mercadé
Historiador y crítico de arte
Revista Bonart
Paisajes interiores. Vall Palou nos había hablado en tiempos pasados de sus paisajes interiores, protagonizadas por manchas azarosas en primer plano que definían su personalidad más impersonal, sobre espacios infinitos, diáfanos y sin horizontes. En esta ocasión el paisaje como elemento natural aparece de una manera mucho más implícita. No queremos decir que Vall Palou haya entrado en un periodo de imitación de la naturaleza. La representación paisajística no supone siempre un puerta hacia el mundo natural sino también como han demostrado los surrealistas en el siglo XX, o los místicos iraníes durante la edad media- una profunda implicación con su mundo interior, con el ojo interior como hablaría Max Ernst.
La pintora para la ocasión no solo incorpora paisajes acuosos o nubes laminadas, ricos en el contraste entre los colores que plasman sus celajes y sus franjas marítimas, sino que en fotografía sus manchas (que son sus visiones, sus pensamientos), digitalizando sus propios trazos. Puede ser que donde mejor se advierte un paso adelante en sus meditaciones sobre la mancha es con la serie de grabados que nos presenta. En este caso parece como si la pintora hubiese invertido sus constantes compositivas: el fondo sube a la superficie i coge la mancha, la cual, lejos de espaciarse como una mancha de aceite, se paraliza y se entreteje.
La exposición en la Galería Fidel Balaguer la primera de la pintora leridana en el espacio de Consell de Cent refleja de una parte un nuevo camino emprendido por Vall Palou para buscar los límites de su arte a través de nuevas técnicas, y por otra, la voluntad de explorar los límites sobre su leit motive, la mancha, meditativa y abstracta, en esta ocasión a través de su relación con un nuevo soporte, el de la fotografía, y con la descomposición desdibujada del fondo pictórico. Un desdoblamiento de los propios límites que implica una nueva mirada meditativa hacia nuevos horizontes.
Albert Mercadé
Historiador y crítico de arte
Revista Bonart