Josep Miquel Garcia
Vall Palou
ABSTRACCIÓ CONSOLIDADA
La pintura abstracta del S.XX siguió una evolución muy diferenciada en sus propósitos y cronologías; liberación de la forma con el cubismo, estructura y forma con los constructivistas, formalismo con los expresionistas abstractos, conceptualismo y semiótica con la pintura de los 70 y cuando se anunciaba la muerte de la pintura a la época post moderna, la abstracción renace con un nuevo empuje teórico por parte de filósofos y críticos y un empuje argumental por parte de los pintores.
Esta abstracción de final de siglo que dio sentido a la pintura tiene la ventaja de consolidarse con este bagaje histórico referenciado, a la vez que se desarrolló sin necesidad de responder a teorías y conceptos. Es una manera de pintar que se expresa en una libertad no alcanzada por sus predecesores. La pintura abstracta que consolidó el nuevo siglo, tiene un nivel de autonomía de los preceptos envidiable. La nueva pintura abstracta no se opone a la figuración ni a los nuevos medios alternativos ni a las nuevas tecnologías, tiene suficiente para desarrollarse como el hecho de saberse heredera de una tradición tan excepcional con autores tan remarcables. Este legado determina sus postulados y la consolida.
En este contexto referencial se sitúa la determinación de la pintora Vall Palou para constituir un estilo basado en un expresionismo abstracto, vigente y actual. Hoy en día después del camino reconocido e intenso de su presencia pública, se puede afirmar que la decisión de optar por un lenguaje no representacional ha sido ya su firma, su estilo, el sendero para orientarse y definirse.
Vall Palou puede ubicarse en este concepto de expresión abstracta, lejos de otras formas de no figuración. Sus campos de color no están basados por ejemplo en la estructura. No utiliza la composición como una normativa que facilite la línea como un referente argumental. Ni el espectro cromático es inductivo para traslucir otros propósitos líricos. Su pintura es la expresión del procedimiento, de hacerse progresivamente, a medida que avanza la constitución del cuadro, de la acumulación de pigmentos y texturas, hasta que toma la decisión de que el cuadro ya es obra.
Las pinturas recientes que ahora expone en la Biblioteca Pública de Lleida, supone la consolidación de esta trayectoria iniciada con ímpetu.
Corresponden estas obras a trabajos fechados en los últimos dos años y tienen la particularidad de situarse en formatos cuadrados sometidos a la acción de ser pintados con lenguajes pictóricos exclusivamente en un margen que va de a disposición cromática a la constitución de superficies rítmicas perfiladas por espirales concéntricas.
Sin la voluntad de encontrar soporte en la línea o en la estructura, Vall Palou, radicaliza, los referentes en sus obras dotándoles exclusivamente de autonomía cromática.
La gama tonal que ha utilizado ha sido un hilo conductor que la diferencia con evidencia de otros autores. Al utilizar colores fríos elimina cualquier posibilidad alegórica de referentes a la naturaleza y es así como su pintura toma un camino de propiedad; es pintura que no quiere seducir nada más que por su derivación complaciente de colores bien armonizados sino por la sensación de ser abstracciones post-pictóricas, del tiempo presente, cuando después de la maestría de grandes pintores de la tradición pasada queda aún la posibilidad expresiva de representar el sujeto sin forma.
Josep Miquel Garcia
Delegado de artes plásticas de la Generalitat de Catalunya
Periódico El Segre
La pintura abstracta del S.XX siguió una evolución muy diferenciada en sus propósitos y cronologías; liberación de la forma con el cubismo, estructura y forma con los constructivistas, formalismo con los expresionistas abstractos, conceptualismo y semiótica con la pintura de los 70 y cuando se anunciaba la muerte de la pintura a la época post moderna, la abstracción renace con un nuevo empuje teórico por parte de filósofos y críticos y un empuje argumental por parte de los pintores.
Esta abstracción de final de siglo que dio sentido a la pintura tiene la ventaja de consolidarse con este bagaje histórico referenciado, a la vez que se desarrolló sin necesidad de responder a teorías y conceptos. Es una manera de pintar que se expresa en una libertad no alcanzada por sus predecesores. La pintura abstracta que consolidó el nuevo siglo, tiene un nivel de autonomía de los preceptos envidiable. La nueva pintura abstracta no se opone a la figuración ni a los nuevos medios alternativos ni a las nuevas tecnologías, tiene suficiente para desarrollarse como el hecho de saberse heredera de una tradición tan excepcional con autores tan remarcables. Este legado determina sus postulados y la consolida.
En este contexto referencial se sitúa la determinación de la pintora Vall Palou para constituir un estilo basado en un expresionismo abstracto, vigente y actual. Hoy en día después del camino reconocido e intenso de su presencia pública, se puede afirmar que la decisión de optar por un lenguaje no representacional ha sido ya su firma, su estilo, el sendero para orientarse y definirse.
Vall Palou puede ubicarse en este concepto de expresión abstracta, lejos de otras formas de no figuración. Sus campos de color no están basados por ejemplo en la estructura. No utiliza la composición como una normativa que facilite la línea como un referente argumental. Ni el espectro cromático es inductivo para traslucir otros propósitos líricos. Su pintura es la expresión del procedimiento, de hacerse progresivamente, a medida que avanza la constitución del cuadro, de la acumulación de pigmentos y texturas, hasta que toma la decisión de que el cuadro ya es obra.
Las pinturas recientes que ahora expone en la Biblioteca Pública de Lleida, supone la consolidación de esta trayectoria iniciada con ímpetu.
Corresponden estas obras a trabajos fechados en los últimos dos años y tienen la particularidad de situarse en formatos cuadrados sometidos a la acción de ser pintados con lenguajes pictóricos exclusivamente en un margen que va de a disposición cromática a la constitución de superficies rítmicas perfiladas por espirales concéntricas.
Sin la voluntad de encontrar soporte en la línea o en la estructura, Vall Palou, radicaliza, los referentes en sus obras dotándoles exclusivamente de autonomía cromática.
La gama tonal que ha utilizado ha sido un hilo conductor que la diferencia con evidencia de otros autores. Al utilizar colores fríos elimina cualquier posibilidad alegórica de referentes a la naturaleza y es así como su pintura toma un camino de propiedad; es pintura que no quiere seducir nada más que por su derivación complaciente de colores bien armonizados sino por la sensación de ser abstracciones post-pictóricas, del tiempo presente, cuando después de la maestría de grandes pintores de la tradición pasada queda aún la posibilidad expresiva de representar el sujeto sin forma.
Josep Miquel Garcia
Delegado de artes plásticas de la Generalitat de Catalunya
Periódico El Segre