Vicenç Altaió
Vall Palou en diálogo y Obra reciente 2013
Con DIÁLOGO, la obra pictórica y en cerámica raku de Vall Palou se ponen en correspondencia, convivencia e individualidad propia con obras de otros artistas del fondo de la Fundación, que se muestran unas y otras por primera vez.
La exposición está distribuida y organizada a partir de los puntos de fuga en el espacio, o punto de vista frontal, con la obra de los artistas en diálogo, alrededor de las cuales se agrupan obras de períodos y estilos distintos, no vistos antes, de la autora.
Se han creado seis núcleos de diálogo con obras de Markus Oehlen, Markus Oehlen, Krishna Murari, Ravi Agarwal, Sabhan Adam, Herbert Brandl, Günther Förg y Vall Palou. Y, en forma de conclusión y de síntesis, y de obertura, se presenta, aislada, una serie de pinturas de gran formato de Vall Palou, como OBRA RECIENTE 2013.
Alrededor del artista alemán Markus Oehlen, se reivindica una visión lúdica y positiva del combate entre contrarios en la pintura reinventada también de Vall Palou: de la descomposición de la imagen a la nuevas técnicas de visión; de la realidad a la abstracción; de la pintura gestual a la música pintada; de los colores ácidos al movimiento de las formas y el fondo.
La escultura del artista emergente indio Krishna Murari, con un personaje cubierto de piel, como un tótem contemporáneo, da alma a las obsesivas imágenes de destrucción y dolor en lugar de disecarlas en la cultura del espectáculo y del consumo. Imágenes en vídeo que son documentos de lo real, tan humanas como lo son las aproximaciones imaginativas y sin forma dada de la pintura, de Vall Palou, en la lucha contra el tormento y el daño, contra los poderes devastadores y las manifestaciones del mal.
La instalación de Ravi Agarwal en el arenal cerca del río, fotografiada por este artista y activista ambiental indio, nos remete a la tierra herida, en este caso la de la naturaleza por la sobreexplotación urbana. Los brotes fértiles de la vida son substituidos por una violencia manifiesta. La pintura herida ha estado una de las investigaciones más expresivas de la pintura del informalismo abstracto, tendencia que Vall Palou explora en continuidad y originalidad.
Las dos extraordinarias y majestuosas pinturas, casi murales y también totémicas, del ascendente y preeminente artista sirio Sabhan Adam, nos distorsionan el sentido de la belleza en una doble máxima que Vall Palou se hace suya: cuanto más se exploran las técnicas del retrato fuera del realismo fotográfico, mejor captamos el alma humana; y como más nos fijamos en el rostro y el cuerpo de los desvalidos, mayor expresión gana de humanidad la pintura. Lejos, entonces, de la copia y del idealismo, en una larga tradición en Occidente, y en este caso en Oriente Medio, la pintura es un camino de introspección de la figuración, sea exterior o interior. En otra vertiente, las formas escultóricas de Vall Palou, en raku, expresan el combate de la forma, en el monocromo misterioso del negro del humo y la expresión gestual en el impacto táctil contra el canon de la forma. Entre la belleza del reposo y la intervención incandescente cicatrizada.
El paisaje dHerbert Brandl, celebrado pintor austríaco, es, como buena parte de la pintura europea que se reinventó en los años ochenta, a la vez abstracta y figurativa, muy expresiva, al punto que las pinceladas gruesas veloces y las sobreposiciones de colores logran una autonomía formal y una referencia en la representación. La cualidad pictórica crea un paisaje sensible, inédito o evocado, y nos recuerda la permanencia de la naturaleza en la denominada sociedad líquida. Los paisajes de Vall Palou, más anímicos, restituyen la natura de la pintura como naturaleza, sin referencia, en una creación pura, endogámica, sin equivalencia.
El ritmo gestual, las formas simples, los garabatos, el orden y la armonía, la estructura vertical horizontal nos remite a un estado de inocencia primigenio que el arte busca para desembarazarse de los academicismos y el exceso retórico. El ejercicio sobre papel de Günter Förg, geométrico y decorativo, dialoga con dos grandes tradiciones: el racionalismo arquitectónico y la abstracción americana. En las pinturas aquí presentadas de Vall Palou la cultura mediterránea se nos hace presente, más cerca de la fertilidad de la tierra i de los instintos, con colores terrosos y fructuosos y con un ritmo jovial y danzarín, de dripings y escrituras no-sígnicas.
En resumen, la pintura de Vall Palou, que se inaugurará con muchos de estos aristas en la reinvención y reivindicación de la pintura en los años ochenta, ha proseguido en investigaciones propias, con una gran intensidad, dedicación y aislamiento, hasta ir sumando con voz propia las diversas tradiciones y estilos que el arte ha ido procurando a lo largo de estos años. El resultado prominente de estas investigaciones se muestra en diálogo con las obras del fondo de la Fundación, y de una manera especial, en las pinturas recientes que se exponen como un único friso en la nueva sala de la Fundación. Con un virtuosismo atemperado y, en algunos momentos, exultantes, la fuerza pictórica de Vall Palou logra una gran riqueza expresiva, de cuidada libertad formal, a la vez que de reconocible clasicismo en las ganancias de la pintura de la modernidad.
Vicenç Altaió
Poeta y crítico de arte
La exposición está distribuida y organizada a partir de los puntos de fuga en el espacio, o punto de vista frontal, con la obra de los artistas en diálogo, alrededor de las cuales se agrupan obras de períodos y estilos distintos, no vistos antes, de la autora.
Se han creado seis núcleos de diálogo con obras de Markus Oehlen, Markus Oehlen, Krishna Murari, Ravi Agarwal, Sabhan Adam, Herbert Brandl, Günther Förg y Vall Palou. Y, en forma de conclusión y de síntesis, y de obertura, se presenta, aislada, una serie de pinturas de gran formato de Vall Palou, como OBRA RECIENTE 2013.
Alrededor del artista alemán Markus Oehlen, se reivindica una visión lúdica y positiva del combate entre contrarios en la pintura reinventada también de Vall Palou: de la descomposición de la imagen a la nuevas técnicas de visión; de la realidad a la abstracción; de la pintura gestual a la música pintada; de los colores ácidos al movimiento de las formas y el fondo.
La escultura del artista emergente indio Krishna Murari, con un personaje cubierto de piel, como un tótem contemporáneo, da alma a las obsesivas imágenes de destrucción y dolor en lugar de disecarlas en la cultura del espectáculo y del consumo. Imágenes en vídeo que son documentos de lo real, tan humanas como lo son las aproximaciones imaginativas y sin forma dada de la pintura, de Vall Palou, en la lucha contra el tormento y el daño, contra los poderes devastadores y las manifestaciones del mal.
La instalación de Ravi Agarwal en el arenal cerca del río, fotografiada por este artista y activista ambiental indio, nos remete a la tierra herida, en este caso la de la naturaleza por la sobreexplotación urbana. Los brotes fértiles de la vida son substituidos por una violencia manifiesta. La pintura herida ha estado una de las investigaciones más expresivas de la pintura del informalismo abstracto, tendencia que Vall Palou explora en continuidad y originalidad.
Las dos extraordinarias y majestuosas pinturas, casi murales y también totémicas, del ascendente y preeminente artista sirio Sabhan Adam, nos distorsionan el sentido de la belleza en una doble máxima que Vall Palou se hace suya: cuanto más se exploran las técnicas del retrato fuera del realismo fotográfico, mejor captamos el alma humana; y como más nos fijamos en el rostro y el cuerpo de los desvalidos, mayor expresión gana de humanidad la pintura. Lejos, entonces, de la copia y del idealismo, en una larga tradición en Occidente, y en este caso en Oriente Medio, la pintura es un camino de introspección de la figuración, sea exterior o interior. En otra vertiente, las formas escultóricas de Vall Palou, en raku, expresan el combate de la forma, en el monocromo misterioso del negro del humo y la expresión gestual en el impacto táctil contra el canon de la forma. Entre la belleza del reposo y la intervención incandescente cicatrizada.
El paisaje dHerbert Brandl, celebrado pintor austríaco, es, como buena parte de la pintura europea que se reinventó en los años ochenta, a la vez abstracta y figurativa, muy expresiva, al punto que las pinceladas gruesas veloces y las sobreposiciones de colores logran una autonomía formal y una referencia en la representación. La cualidad pictórica crea un paisaje sensible, inédito o evocado, y nos recuerda la permanencia de la naturaleza en la denominada sociedad líquida. Los paisajes de Vall Palou, más anímicos, restituyen la natura de la pintura como naturaleza, sin referencia, en una creación pura, endogámica, sin equivalencia.
El ritmo gestual, las formas simples, los garabatos, el orden y la armonía, la estructura vertical horizontal nos remite a un estado de inocencia primigenio que el arte busca para desembarazarse de los academicismos y el exceso retórico. El ejercicio sobre papel de Günter Förg, geométrico y decorativo, dialoga con dos grandes tradiciones: el racionalismo arquitectónico y la abstracción americana. En las pinturas aquí presentadas de Vall Palou la cultura mediterránea se nos hace presente, más cerca de la fertilidad de la tierra i de los instintos, con colores terrosos y fructuosos y con un ritmo jovial y danzarín, de dripings y escrituras no-sígnicas.
En resumen, la pintura de Vall Palou, que se inaugurará con muchos de estos aristas en la reinvención y reivindicación de la pintura en los años ochenta, ha proseguido en investigaciones propias, con una gran intensidad, dedicación y aislamiento, hasta ir sumando con voz propia las diversas tradiciones y estilos que el arte ha ido procurando a lo largo de estos años. El resultado prominente de estas investigaciones se muestra en diálogo con las obras del fondo de la Fundación, y de una manera especial, en las pinturas recientes que se exponen como un único friso en la nueva sala de la Fundación. Con un virtuosismo atemperado y, en algunos momentos, exultantes, la fuerza pictórica de Vall Palou logra una gran riqueza expresiva, de cuidada libertad formal, a la vez que de reconocible clasicismo en las ganancias de la pintura de la modernidad.
Vicenç Altaió
Poeta y crítico de arte